Y se hace el silencio.
La casa queda en la quietud más absoluta.
Se oyen unos pasos.
Me levanto y me alejo de la puerta.
El pomo gira y una tenue luz se abre camino.
Don Pecas y Cía. asoman con una pícara sonrisa.
Todos esperamos que crucen el quicio.
Todos esperamos que hoy nos sorprendan.
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